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El miedo y sus prejuicios

¿Realmente sabemos que es el duelo?

La realidad es que el miedo constituye, a grandes rasgos

Psic. Jahir Tepoxtecatl Mendoza

A lo largo del tiempo, al miedo se le ha atribuido una connotación “negativa”, vista desde un aspecto “incómodo”, “desagradable”, pero sobre todo como un signo de supuesta “debilidad”. La realidad es que el miedo constituye, a grandes rasgos, un estado de alerta donde básicamente lo que busca el cerebro, es salvaguardar nuestra integridad.

Desde luego, esta emoción se encuentra íntimamente relacionada con un sentido de supervivencia, por lo tanto, ha sido considerada como una de las emociones más primitivas. No obstante, hemos creado como sociedad ideas erróneas con respecto a esta respuesta; que contiene elementos a nivel cognitivo, fisiológico, conductual y neuronal.

Pues es común que alguien que se atreve a manifestar algún miedo, sea descalificado y sea visto con cualidades de “inferioridad”, adicionalmente, seguramente la mayoría hemos escuchado a personas que aseguran no tener ningún miedo, lo cual resulta un tanto imposible, debido a que, está función no está sometida a una decisión moral.

Pero más allá de eso, considero que todos tenemos distintos temores, donde posiblemente algunos son más visibles que otros, pero además, el modo en como los “sobrellevamos” depende en gran medida de nuestra historia de vida, y nuestro de tipo de personalidad. Al mencionar, que posiblemente algunos son más evidentes que otros, me refiero al tipo de situaciones, por ejemplificar, no es el mismo grado de visibilidad entre alguien que le tiene temor a una araña, a una persona que difícilmente manifiesta su temor a cierta dependencia que tiene hacia su pareja.

Es por ello, que es muy común que las personas vivan en constante malestar, puesto que, en primer lugar, como lo he señalado esta emoción frecuentemente se mantiene en el anonimato, lo que evidentemente propicia a que constantemente haya un proceso cíclico sin fin, donde es ordinario que se utilice la evitación como medio para lidiar, pero esto tampoco resuelve la situación, únicamente hace que en el momento disminuyan las sensaciones de desagrado.

En síntesis, es indispensable que empecemos a visualizar el miedo como algo que nos ha sido útil para conservar nuestra supervivencia, pero es fundamental que cuando los miedos afecten nuestra calidad de vida, acudamos a psicoterapia.  

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