Psic. Jahir Tepoxtecatl Mendoza
El pasado 8 de Marzo como cada año, se llevaron distintas movilizaciones a nivel nacional, desde luego, existen opiniones divididas en cuanto al tema, sin embargo, año con año se convoca a gran parte de la sociedad a sumarse a esta causa, que entre muchas otras cosas, hace demostrar el hartazgo que existe en cuanto a distintos fenómenos sociales, que tienen como esencia el trasgredir y atentar con la integridad física y psicológica de las personas.
Es sumamente lamentable, visualizar en distintas zonas geográficas las miles y miles de fotografías de personas desaparecidas, del mismo modo, los panfletos llenos de impotencia y desesperación por todos aquellos actos que no han tenido goce de “justicia”.
Si bien es cierto que parte de la “Salud Mental” depende de un compromiso y responsabilidad propia, considero que hay elementos sociales que contribuyen a que la antes mencionada, presente obstáculos para ser alcanzada, dicho de otra manera, es que en un país donde abundan los actos violentos y donde prevalece la impunidad, pueden ser factores definitivos para corromper la estabilidad psicológica.
Adicionalmente, debemos de recordar que el ser humano es un ser integral donde recibe una variedad de estímulos en su día a día, como producto de la interacción que existe en sus núcleos sociales. Por lo que, no debemos de perder de vista que, a nivel psicopatológico, la sociedad tiene una gran influencia.
A nivel particular, estimo que este tipo de “eventos” nos hacen una invitación a la reflexión, a todos aquellos profesionales que, en ocasiones asociamos los malestares psicológicos única y exclusivamente, a las decisiones o intereses de los (las) pacientes. Pues definitivamente, en México estamos viviendo situaciones sumamente complejas en términos de seguridad y afiliación social.
Del mismo modo, creo que como sociedad debemos de redoblar esfuerzos para que al paso del tiempo, se logré de forma definitiva, una equidad de oportunidades, y respeto a los derechos.
Sin duda, todos los miembros de las comunidades (sin importar el género) “merecen” tener condiciones que salvaguarden su integridad física y psicológica, de igual forma, creo que es indispensable hacer una “lucha” constante y no solo de un día, para exigir que las condiciones de vida sean distintas para todos los seres vivos.
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