El pasado sábado 23 de septiembre dio inicio el otoño, estación caracterizada, principalmente, por la caída de hojas de los árboles, adicionalmente, como es sabido, cambia la sensación térmica a nivel de la temperatura
Psic. Jahir Tepoxtecatl Mendoza
El pasado sábado 23 de septiembre dio inicio el otoño, estación caracterizada, principalmente, por la caída de hojas de los árboles, adicionalmente, como es sabido, cambia la sensación térmica a nivel de la temperatura, pues en esta época tiende a sentirse un ambiente más fresco o frío, claramente, existen variaciones de acuerdo a la ubicación geográfica que se tome como referencia, sin embargo, en muchos lugares también se reducen las horas solares, provocando que la “luz natural” del día sea menor, de igual forma, en muchas zonas se desencadenan fuertes vientos acompañados de lluvias.
Estos cambios en el ambiente, desde luego, pueden derivar distintas alteraciones en el plano psicológico, principalmente influidos por los cambios de temperatura que existen; en conjunto con la duración del día (luz solar). Regularmente, estos “desequilibrios” suelen tener presencia en el proceso de adaptación que experimentamos, al tratar de acoplarnos a las “nuevas” condiciones ambientales.
No obstante, algunas personas pueden tener estas dificultades en gran parte de la duración de esta estación.
Cabe aclarar que lo antes mencionado no es una generalización, pues evidentemente cada persona es única y, por tanto, puede existir variaciones, además es de importancia el saber diferenciar; que aspectos son de índole personal y cuáles son por influencia ambiental.
Los eventos más comunes que se originan son: problemas de concentración, irritabilidad, fatiga, tristeza, nostalgia, pérdida del interés a ciertas actividades, somnolencia, ansiedad y trastornos del sueño. Muchos de estos fenómenos son producidos como consecuencia de la disminución en la producción de serotonina, neurotransmisor que está relacionado con nuestro estado de ánimo, del mismo modo, existe una escasa producción de melatonina, cuya hormona se encarga de regular nuestra temperatura corporal, el sueño y la energía.
Por otro lado, en esta época existen diversos elementos culturales que también pudieran influir en nuestro estado de ánimo, pues México mantiene vivas diversas tradiciones donde posiblemente se pueden poner en “juego” un sinfín de emociones.
Considero que indudablemente hay componentes que no podemos modificar, ni mucho menos “controlar”, pero es fundamental el informarnos para poder tener un panorama más enriquecedor con respecto a ciertos fenómenos y sus posibles consecuencias, pues creo que de esta forma podemos hacerles frente a las adversidades de una forma más responsable y eficaz.
Por otro lado, no debemos de olvidar la importancia y el impacto que puede generar la psicoterapia.
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