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“La educación en México te enseña a memorizar, no a desarrollar un pensamiento crítico”

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En México, la educación en muchas ocasiones no es la mejor haciendo que los alumnos no desarrollen un pensamiento crítico

Psic. Jahir Tepoxtecatl Mendoza

En México el ámbito educativo contiene distintas directrices, una de ellas es el aspecto político, que de forma lamentable ha repercutido de forma negativa en la calidad de la educación y en el acceso a la misma, lo que ha propiciado que este “derecho” sea visto como un privilegio.

Por otro lado, los programas educativos que se emplean a nivel nacional carecen, en muchas de las ocasiones, de sustentos científicos (actuales) de tipo pedagógicos y psicológicos, generando una percepción de que no ha servido de mucho presumir nuestros “avances humanos” que regularmente celebramos en el día a día, pues seguimos utilizando métodos antiguos y prácticas tradicionales, donde lo único que se consigue, es que el alumno vea la escuela como un ambiente hostil, donde debe de desarrollar una habilidad que únicamente le permita memorizar la información, sin llegar a un grado de comprensión.

Considero que un conocimiento enriquecedor está caracterizado por despertar y mantener un pensamiento crítico, debido a que, este se distingue por llegar a un grado de compresión, es decir, se lleva a cabo un proceso de análisis donde intervienen distintas estructuras cerebrales y por ende; se activan diferentes contenidos cognitivos.

Por años, se ha mantenido la idea de que entre más carga excesiva de trabajo, que regularmente se traduce en tareas extraescolares, se produce un “mayor conocimiento”, sin embargo, en lo personal pienso que sería importante considerar hasta qué punto y en que ocasiones esto resulta beneficioso para la comunidad estudiantil, puesto que, este fenómeno podría crear condiciones adversas al objetivo que se persigue (crear o alimentar un conocimiento), adicionalmente esto pudiera generar distintas afectaciones a nivel físico y/o mental, complicando aún más los procesos de cognición.

Por otra parte, a nivel cultural se han mantenido distintas creencias “irracionales” con respecto a las evaluaciones, donde se manejan diferentes parámetros numéricos que en apariencia señalan el grado de aprovechamiento de un (a) estudiante, no obstante, en ocasiones estas pruebas tienen componentes subjetivos a la hora de responder, de igual forma, alimentan únicamente la memorización y no el pensamiento crítico (como anteriormente se había señalado), ya que algunos exámenes exigen ser contestados con conceptos idénticos a los vistos en clase, asimismo muchos de estos instrumentos contienen incisos, lo que excluye al alumnado de plasmar su propio entendimiento (pensamiento crítico).

Todos estos elementos han sido comunes durante décadas, y cabe destacar que no son los únicos que obstaculizan el propiciar un cambio a nivel educativo, pues desde luego, también influyen condiciones económicas, sociales, culturales, políticas, geográficas, de infraestructura, etc. Pero creo que es importante, a medida de nuestras posibilidades, realizar una reflexión de lo antes expuesto, y emplear lo que esté a nuestro alcance. También, es fundamental combatir “viejas ideas” en cuanto a que una calificación o un título es signo de intelectualidad, y comprender que cada ser humano posee distintas habilidades, por lo que no es para nada “positivo” el desarrollar comparaciones, y exigir “perfección” en todos los rubros estudiantiles.  Por último, es de importancia saber que ante cualquier “problema educativo” hay un sinfín de variables que se pueden ver involucradas, es decir, no depende únicamente del (la) alumno (a).

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