La inquietud invade a los habitantes de Puebla, según revela la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI.
Óscar Cota
El estudio revela que el 72.3% de los poblanos se siente inseguros. A pesar de que, de diciembre del 2023 a marzo de este año, la percepción de la inseguridad disminuyó en la capital poblana, pues pasó del 74.7 por ciento a 72.3 por ciento, si se compara la cifra de manera anual, pasó del 70.4 al 72.3 por ciento de percepción negativa.
El Centro Histórico de Puebla, ahora genera temor en el 62% de los ciudadanos. La falta de iluminación y la presencia de robos o asaltos (65.3%) han convertido el paseo por sus calles en una experiencia angustiosa.
Los barrios periféricos y las colonias populares tampoco son opciones seguras: El 48% y 37% de los encuestados, respectivamente, expresaron sentir inquietud en estas zonas. La delincuencia común, grafitis, vandalismo y la escasa presencia policial son algunos de los factores que alimentan esta percepción.

La inseguridad no solo afecta la tranquilidad mental de los poblanos, sino que también modifica sus hábitos. El 64.8% ya no lleva objetos de valor consigo, el 61.6% evita caminar de noche cerca de su casa y el 57% restringe la salida de los menores de edad.
Puebla se coloca como la cuarta ciudad con mayor porcentaje de personas que se sienten inseguras en el transporte público (72.3%). La ola de violencia que azota la ciudad en los últimos meses ha acrecentado este temor.
A pesar de lo mencionado anteriormente, los ciudadanos poblanos señalan que las cuestiones que más les preocupan son los baches en sus vías urbanas, seguidos por problemas relacionados con la delincuencia, como robos, extorsiones, secuestros y fraudes, entre otros. Estas son las problemáticas más frecuentes en orden de relevancia:
- Baches en calles y avenidas
- Delincuencia
- Alumbrado público insuficiente
- Fallas y fugas en el suministro de agua potable
- Servicio de transporte público deficiente
- Coladeras tapadas por acumulación de desechos
- Calles y avenidas con embotellamientos frecuentes
- Hospitales saturados o con servicio deficiente
- Parques y jardines descuidados
- Deficiencias en la red pública de drenaje
- Falta de tratamiento de aguas residuales
- Ineficiencia en el servicio de limpia y recolección de basura
- Mercados y centrales de abasto en mal estado
- Problemas de salud derivados del manejo inadecuado de rastros

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